La autenticidad del diamante no debe ser
específicamente mencionada porque el uso de la palabra “diamante”, por sí
misma, es garantía de autenticidad.
Está prohibido el uso de la palabra “diamante”
para describir aquellos productos que han sido en parte o en su totalidad
cristalizados o recristalizados por la intervención humana, no importando
con qué materiales o por qué métodos. Los productos hechos por el hombre
solo pueden ser nombrados como “diamantes sintéticos” cuando su estructura
física y propiedades químicas corresponden en su masa total al diamante. La
palabra “diamante” debe estar claramente precedida por el término
“sintético” o “artificial”.
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