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ESTÁN APARECIENDO NUEVAMENTE, EN PLAN FRAUDULENTO, LAS MOISSANITAS SINTÉTICAS.



MOISSANITA SINTÉTICA, SUSTITUTO DEL DIAMANTE
Precedentes.-

En 1893 Edward G. Acheson intentando producir diamantes sintéticos logra pequeños cristales de carburo de silicio.

En 1904 el que después fue premio Nobel, Henry Moissan, descubre en el meteorito del Cañon del Diablo en Arizona un nuevo mineral cuya composición química era carburo de silicio y al que se le llamó moissanita.

El carburo de silicio es empleado en la industria como abrasivo (carborundo) y en los últimos años, debido a su propiedad de semi-conductor ha sido investigado su uso en el campo de la electrónica, logrando la General Electric en 1970 cristales casi incoloros, de calidad gema. En 1997 aparecieron las primeras moissanitas en el mercado de Amberes. Actualmente son distribuidas por la compañía americana C3 inc.


Actualidad.-

Hasta estos momentos el único sustituto de “calidad” del diamante era la zirconita artificial. Su elevada dureza junto a un índice de refracción y dispersión cercana al diamante le hacia, visualmente, cercana a él. Su bajo coste ha ayudado al empleo masivo de la zirconita en la joyería de media y baja calidad.

La aparición de la moissanita sintética puede desbancar a la zirconita artificial si se logra su producción a un bajo coste. Actualmente, en el mercado español el coste de una piedra de 1ct oscila alrededor de 100.000 Ptas.

El peligro, en estos momentos, de la moissanita, como toda piedra de imitación en los primeros días de su aparición, es su empleo fraudulento. Han llegado ya a los Montes de Piedad (en menos de dos semanas se han intentado pasar cuatro de ellas en el Monte de Piedad de La Caixa) y han sido compradas por casas de compra-venta como diamantes.


Diferenciación.-

La diferenciación del diamante y la zirconita artificial es relativamente facil para un experto.
Las finas rayas verticales o las toscas rayas horizontales del filetín, la deficiente simetría de su talla, las aristas romas debido a su dureza (baja en comparación del diamante), las pequeñas fracturas en el filetín, aristas o vértices, debido también a su dureza, su fluorescencia amarillo-mostaza, etc. y su apariencia a visu no engañan al experto.

Pero si aun queda una duda tenemos el “tester” . La diferencia de conductibilidad térmica del diamante y la zirconita permite diferenciarlas mediante el aparato electrónico. Simplemente apoyando su punta en una faceta de la piedra nos indicará si es diamante o un sustituto.

De todas formas es aconsejable hacer esta prueba como apoyo después de haber observado todas las anteriores características. (Un doblete de diamante/zirconita nos daría resultado positivo)

La diferenciación del diamante y la moissanita sintética es otra cosa.

El filetín acostumbra a ser pulido aunque no tanto como en el diamante. A simple vista se ve pulido pero a lupa o microscopio se observa ligeramente satinado. Puede presentar ligeras fracturas pero nunca las típicas barbas. Si se observan facetas extras, estas, estarán hechas expresamente con la intención de engañar y nunca presentaran trigons.

La simetría, generalmente, es mejor que en las zirconitas artificiales ( al menos hasta que no se produzcan masivamente), y las aristas no son tan romas (debido a su mayor dureza) pero sin llegar a la perfección de las del diamante.

La fluorescencia es variable. Generalmente inerte o anaranjada / mostaza muy débil.

Debido a que su dispersión es mas elevada que la del diamante, a simple vista, se observa mayor juego de colores.

El diamante es cúbico, por tanto monorefringente. La moissanita sintética es hexagonal y su birrefingencia, relativamente elevada, puede ser detectada a lupa. Si observamos oblicuamente las aristas de la culata a través de la tabla, o mejor a través de las facetas cuadrangulares superiores, las veremos dobles (no conseguiremos enfocarlas bien). Debido que la tabla esta tallada perpendicular al eje óptico este efecto no se producirá si miramos perpendicular a ella. Observada en el polariscopio, en dirección no paralela a su eje óptico (con la tabla inclinada) se manifestará su anisotropia.

A lupa o microscopio podemos observar unas inclusiones aciculares o finos tubos de color blanco prácticamente paralelas, en teoría, al eje óptico, que aparecen en casi todas las piedras y que le dan una apariencia muy peculiar. Además pueden presentar pequeñas inclusiones, de color oscuro, semejantes a las inclusiones del diamante.

La línea de los 415 nm. en la región del violeta, que se detecta en los diamantes es inobservable en la moissanita sintética. Dado que con un espectroscopio manual es de difícil observación es conveniente utilizar uno, que con fibra óptica y conectado a un PC nos dé unos resultados fiables.

La utilización de un lápiz de punta de diamante para comprobar su dureza no es en absoluto aconsejable dado que la dureza del diamante es anisótropa y podríamos rayarlo. (la tabla coincide con la cara del cubo (100). En todo caso deberíamos utilizar una punta de borazón sintético (nitruro de boro) que tiene una dureza muy cercana al diamante, con lo que evitaríamos dañar el diamante pero si rayar la moissanita sintética

En piedras sueltas, mediante la balanza hidrostática, podremos determinar su peso específico, ligeramente inferior al del diamante. En yoduro de metileno (P.e. 3,33) la moissanita sintética flotará ligeramente, mientras que el diamante y la zirconita artificial se hundirán. El cálculo del peso, mediante el “Leveridge” no será fiable dado que la diferencia de P.e. es muy pequeña y el resultado de la medición es aproximada.


Su índice de refracción, superior a 1,81, en inobservable en un refractómetro convencional pero sí en un reflectómetro electrónico. Si la piedra no es excesivamente pequeña puede determinarse con bastante aproximación que su n. es algo superior al del diamante.

El clásico “tester” o conductímetro utilizado para diferenciar la zirconita artificial del diamante no tiene utilidad con las moissanitas sintéticas. Dado que se basa en la medición de la conductibilidad del diamante, la cual es muy elevada en comparación de cualquier otra piedra, natural o no. En el caso de la moissanita sintética su conductibilidad térmica es muy similar a la del diamante lo que hace totalmente ineficaz el “tester” dado que nos indicará erróneamente diamante.

Actualmente ya han aparecido en el mercado, unos “testers” que pueden apreciar la pequeña diferencia de conductibilidad del diamante y la moissanita sintética. La primera empresa en producirlos fue la misma que la moissanita sintética, la C3 inc. Después han aparecido otros “testers” como el “Kassoy”, “Moissketeer”, “Viga III”, etc.

La gran cantidad de paginas WEB aparecidas en Internet sobre la moissanita sintética, tanto sueltas como engarzadas en joyas, hacen sospechar que se avecina una gran oferta comercial de esta piedra no tan solo en el continente americano.